PENSAMIENTOS

• Educar a un niño es educar a una familia.

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• ¡Oh dulce y Santa Eucaristía felicidad de mi vida!

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• Confiemos en Dios que todo lo puede.

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• A todos los quiero santos, porque es lo único que vale y dura.

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• Perseverad en vuestra Santa Vocación.

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• ¿Qué es la Reparación? La Reparación, es amor, es sufrir.

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• Quiero hacer solamente la voluntad de Dios.

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• Yo no quiero sino vivir para servirte… amarte…hacerte amar, a ti sólo Señor…

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• Adorar a Jesús en espíritu de reparación.

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• Que el espíritu de reparación informe todo vuestros actos.

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• Dios mío. Yo quiero que todos los átomos de mi ser físico te digan en el tiempo y en la eternidad: ¡Gloria a Dios en las alturas!

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• La vocación es un don gratuito de Dios, que no la tiene quien quiere tenerla, sino a quien Dios se la da.

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• Es necesario sufrir, Jesús….Yo quiero sufrir con Vos.

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• “Me ofrezco Jesús, como una hostia inmolada a sus amor…”

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• Llenad vuestra misión fielmente.

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• No somos, hijas mías, sino lo que somos delante de Dios.

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• Quiero compensar las ofensas que os hacen tributándoos con mi inmolación el culto más grande que pueda en la Eucaristía, y ser víctima a vuestros pies.

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• Quiero ser Reparadora a toda costa, y para esto necesito de Jesús Sacramentado.

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• La reparación es la necesidad del siglo actual, y nosotros queremos realizarla, aunque sea en pequeño, con nuestras débiles fuerzas.

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• Paso largas horas al pie del Tabernáculo … es mi único reposo… mi sola consolación…Acepto todo lo que Dios quiera mandarme.

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• ¡Oh dulce y santa Eucaristía, felicidad de mi vida, recibid mi humilde adoración!

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• Jesús Sacramentado,... es la vida de nuestra vida, y, a cuyas plantas depositamos, diariamente nuestras humildes reparaciones.

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• Señor, tú eres el más fuerte.

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• Comprendamos bien lo que es la Reparación... La Reparación es amar, es sufrir.

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• La esperanza impide el caer en el desaliento. Confiemos en Dios que todo lo puede.

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• Hay que tener fe, y esperarlo todo de Dios...

• La vida está hecha para trabajar y para sufrir... Yo quiero pasar así la mía... Quiero trabajar y sufrir.

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• ¡Oh, Providencia de mi Dios! ¿Cómo no adoraros?

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• Señor, quién como Tú. Sí; Tú eres grande, poderoso, magnánimo, misericordioso; Santo, Santísimo. A Ti Señor, a Ti sólo: honor, gloria, alabanza.

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• ¡Oh Dios mío, Vos no me abandonaréis jamás! Creo en vuestra Providencia, que me permitirá amaros a pesar de todo.